La Dimensión Social del Derecho
El Derecho surge de la vida en sociedad y de las interacciones entre las personas. La socialización es el proceso educativo mediante el cual la sociedad transmite pautas y valores a sus miembros, haciéndolos aptos para la convivencia.
En toda sociedad existen modelos o pautas de comportamiento que pueden ser:
- Ideales (cómo debería ser la conducta) o reales (cómo es efectivamente)
- Explícitos (claramente formulados) o implícitos (sobreentendidos)
- Internos (incorporados por el sujeto) o externos (impuestos desde fuera)
Las normas jurídicas son un tipo especial de pautas sociales: son modelos ideales, explícitos y obligatorios cuya infracción genera sanciones. A diferencia de otros modelos sociales, son creadas deliberadamente y respaldadas por el poder del Estado.
El Derecho funciona como un poderoso instrumento de control social, junto con la educación, la religión y los medios de comunicación. Este control puede ser difuso (como la opinión pública) o institucionalizado (como el sistema judicial), y utiliza tanto técnicas disuasorias como promocionales.
💡 El Derecho no solo prohíbe conductas indeseables sino que también promueve comportamientos deseables, por ejemplo, mediante incentivos fiscales para ciertas actividades económicas o premios a la investigación científica.
En la sociedad, cada persona ocupa diferentes status (posiciones sociales) y desempeña diversos roles (comportamientos esperados). El Derecho reconoce estos status y roles, convirtiéndolos en figuras jurídicas como "vendedor", "comprador", "heredero" o "acreedor".
Entre las múltiples funciones sociales del Derecho destacan la resolución de conflictos, la protección de los miembros del grupo (función tuitiva), la educación y socialización, la distribución de recursos y cargas, y la promoción del cambio social cuando es necesario adaptar las normas a nuevas realidades.