Desafíos al Principio de División de Poderes
La división de poderes enfrenta retos adicionales que cuestionan su efectividad:
Declinación de Parlamentos y Congresos
Los legisladores enfrentan un conflicto de lealtades: tienen un mandato del pueblo y otro imperativo de su partido político. Consecuentemente, muchas asambleas legislativas se han convertido en simples órganos de ratificación del Ejecutivo, debilitando su rol de contrapeso.
Funciones Cruzadas
Cada poder ejerce atributos que trascienden su naturaleza original:
- El Legislativo también cumple funciones ejecutivas y judiciales
- El Ejecutivo ejerce competencias jurisdiccionales y normativas
- El Judicial puede legislar para su ámbito, ejecutar diligencias y controlar la constitucionalidad
Abuso de Emergencias
Las situaciones de emergencia, diseñadas como excepcionales, se han convertido en herramientas habituales para expandir poderes. La intervención federal, el poder de policía de emergencia, los DNU y la legislación delegada son mecanismos que, aunque constitucionales, se utilizan frecuentemente de manera abusiva, especialmente por el Ejecutivo.
Cuestiones Políticas No Justiciables
Tradicionalmente, ciertos actos del Ejecutivo y Legislativo quedaban fuera del control judicial bajo la doctrina de las "cuestiones políticas no justiciables". Sin embargo, tras el caso "Carranza" y la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Corte Suprema argentina comenzó a revisar estos actos, controlando incluso reformas constitucionales (caso "Fayt"), procedimientos legislativos (caso "Nobleza Piccardo") y decisiones del Senado (caso "Binotti").
💡 A pesar de todas las críticas y desafíos, la división de poderes sigue siendo la técnica más efectiva para organizar el poder estatal y proteger las libertades ciudadanas.