La Comunicación: Elementos Básicos

La comunicación es algo que hacemos todos los días sin darnos cuenta. Desde preguntar por una dirección hasta explicar un tema complejo, siempre estamos intercambiando mensajes con otros. ¿Pero sabés cómo funciona realmente este proceso?

Cada vez que nos comunicamos se genera una situación comunicativa donde varios elementos trabajan juntos. Este intercambio de mensajes sigue un esquema que incluye seis elementos básicos: el emisor (quien envía el mensaje), el receptor (quien lo recibe), el mensaje (lo que se transmite), el referente (el tema), el código (el lenguaje usado) y el canal (el medio por donde viaja el mensaje).

Por ejemplo, cuando le preguntás a un amigo "¿Vamos a la casa de Julián?", vos sos el emisor, tu amigo es el receptor, la pregunta es el mensaje, la visita a Julián es el referente, el español es el código y el aire (si hablás) es el canal.

💡 ¡Dato interesante! La comunicación no es un proceso de una sola vía. En una conversación normal, los roles de emisor y receptor se intercambian constantemente, creando un flujo dinámico de información.

Elementos de la Comunicación en Detalle

Los elementos del circuito comunicativo están conectados entre sí y cada uno cumple una función específica. Vamos a ver más de cerca cómo funciona cada uno:

El emisor y receptor son los participantes principales. Cuando hablás con un amigo, primero sos el emisor al hacer una pregunta, pero luego te convertís en receptor cuando él te responde. ¡Los roles cambian constantemente!

El canal es el medio que usamos para transmitir nuestro mensaje. Puede ser oral-auditivo (como cuando hablamos por teléfono), visual (como un texto o una imagen) o audiovisual (como un video de YouTube). Elegimos el canal según lo que queremos comunicar y a quién.

El código es el sistema de signos que usamos. Los códigos verbales usan palabras (habladas o escritas), mientras que los no verbales incluyen gestos, señales o símbolos. Las señales de tránsito son un buen ejemplo de código no verbal que todos entendemos.

El referente es simplemente el tema del que trata nuestro mensaje. Si le contás a tu amigo sobre el partido de fútbol de ayer, el partido es el referente de tu mensaje.

En tu día a día, estos elementos funcionan juntos cada vez que mandás un mensaje de texto, mirás un video o charlás con tus amigos.

Prácticas de Comunicación

Para entender mejor cómo funciona la comunicación, es importante reconocer sus elementos en situaciones cotidianas. Cuando analizamos una conversación o mensaje, podemos identificar claramente cada componente.

Por ejemplo, en una conversación simple como "Papá, ¿me das dinero para comprar unos rotuladores?", podemos identificar al niño como emisor, al padre como receptor, la petición de dinero como mensaje, el lenguaje español como código y el canal oral-auditivo porque se está hablando.

Otro ejemplo sería una señal de STOP en la calle. Aquí, las autoridades de tránsito son el emisor, los conductores son los receptores, "detenerse" es el mensaje, el código es no verbal (un símbolo visual reconocible) y el canal es visual.

También es importante reconocer cuando la comunicación falla. Esto puede ocurrir si el canal se interrumpe (como cuando se corta una llamada telefónica), si el receptor no presta atención, o si el código no es comprensible (como leer un texto con palabras inventadas).

🔍 Ejercicio práctico: La próxima vez que veas un anuncio publicitario, intenta identificar todos los elementos de la comunicación presentes. ¡Te sorprenderá lo fácil que resulta una vez que conocés la estructura!

Funciones del Lenguaje

¿Alguna vez te preguntaste por qué hablamos de diferentes maneras según la situación? Esto ocurre porque el lenguaje cumple distintas funciones dependiendo de nuestra intención al comunicarnos.

Cuando usamos el lenguaje, siempre lo hacemos con un propósito específico: informar sobre algo, convencer a alguien, expresar emociones o simplemente verificar que la comunicación funciona. Estas intenciones se llaman funciones del lenguaje.

Las funciones principales son:

• Emotiva o expresiva: cuando expresamos nuestros sentimientos ("¡Qué susto me di!")
• Representativa o referencial: cuando informamos sobre algo objetivamente ("La plata es buena conductora de electricidad")
• Fática o de contacto: cuando verificamos que la comunicación funciona ("¿Me oyes?")
• Conativa o apelativa: cuando queremos influir en el receptor ("¡Trae pronto ese libro!")
• Poética o estética: cuando expresamos un mensaje de forma bella o artística (poemas, canciones)
• Metalingüística: cuando explicamos aspectos del propio lenguaje ("Perro es una palabra primitiva")

Estas funciones rara vez aparecen aisladas en un mensaje real. Normalmente, en cualquier comunicación hay una función predominante, pero varias pueden estar presentes al mismo tiempo.

Funciones del Lenguaje en Detalle

Las funciones del lenguaje están presentes en todos nuestros intercambios comunicativos, y cada una utiliza recursos específicos para cumplir su objetivo. Vamos a ver más detalladamente cómo se manifiestan:

La función emotiva o expresiva se centra en el emisor y sus sentimientos. Se reconoce fácilmente por el uso de la primera persona ("yo"), exclamaciones y palabras que expresan emociones. Cuando decís "¡Qué miedo tuve en esa película!", estás utilizando esta función.

La función representativa o referencial busca informar objetivamente sobre la realidad. Utiliza un lenguaje claro, preciso y neutro. Los textos científicos, noticias y explicaciones suelen usar principalmente esta función: "El agua hierve a 100 grados centígrados".

La función fática o de contacto sirve para verificar que el canal de comunicación funciona correctamente. Expresiones como "¿Me escuchás?", "Diga...", o incluso un simple "Hola" al empezar una conversación telefónica cumplen esta función.

💡 ¡Pensalo así! Las funciones del lenguaje son como diferentes herramientas en tu caja de comunicación. Elegís la herramienta adecuada según lo que querés lograr: expresarte, informar, convencer, mantener contacto, crear algo bello o explicar el lenguaje mismo.

Funciones del Lenguaje en la Vida Diaria

Las funciones del lenguaje están presentes en los mensajes que intercambiamos todos los días. Aprender a reconocerlas te ayudará a comunicarte mejor y a entender las intenciones detrás de lo que otros dicen.

La función conativa o apelativa busca influir en el comportamiento del receptor. Usa verbos en imperativo ("¡Hacé la tarea!"), preguntas directas y la segunda persona $"vos/tú"$. Los mensajes publicitarios son un ejemplo perfecto: "QUEDATE EN CASA. CUIDARTE ES CUIDARNOS".

La función poética o estética se centra en la forma del mensaje, buscando que sea bello o llamativo. Usa recursos como metáforas, rimas y juegos de palabras. La encontramos en poemas, canciones y algunos textos publicitarios: "Cuando la tortura pase y se amansen los caminos, y seamos sobrevivientes de un naufragio colectivo".

La función metalingüística habla del propio lenguaje. La usamos cuando explicamos significados de palabras o reglas gramaticales: "Coronavirus es un sustantivo común e individual".

Es importante recordar que en la mayoría de los mensajes reales, estas funciones se mezclan. Por ejemplo, un anuncio puede usar la función apelativa ("¡Comprá ahora!") junto con la poética (con un slogan rimado) para ser más efectivo.

Tramas Textuales

Cuando organizamos nuestras ideas al comunicarnos, lo hacemos siguiendo diferentes patrones o estructuras. A estos patrones de organización los llamamos tramas textuales.

Las tramas textuales son como los planos que seguimos para construir diferentes tipos de textos. Si querés contar una historia, usarás una trama narrativa. Si necesitás explicar cómo es algo, utilizarás una trama descriptiva. Según la trama predominante, los textos se clasifican en diferentes tipos.

Las seis tramas principales son: narrativa (cuenta hechos o historias), descriptiva (explica cómo es algo), instructiva (enseña a hacer algo paso a paso), expositiva (explica un tema objetivamente), argumentativa (defiende una opinión con razones) y conversacional (reproduce diálogos).

Cada trama tiene sus propias características y propósitos. Por ejemplo, cuando leés un cuento, estás frente a un texto con trama narrativa que presenta personajes, acciones y una secuencia temporal. Si leés una receta de cocina, encontrás una trama instructiva con pasos claros y ordenados.

🔍 Reconocer las tramas textuales te ayuda a comprender mejor lo que leés y a producir textos más efectivos según tu propósito comunicativo. Es como elegir el vehículo adecuado según el terreno que querés recorrer.

Identificando Tramas en Textos Reales

Para reconocer las tramas textuales, debemos analizar cómo está organizada la información y cuál es el propósito principal del texto. Veamos algunos ejemplos para entender mejor:

El fragmento del poema de García Lorca ("Un bello niño de junco, anchos hombros, fino talle...") presenta una trama principalmente descriptiva con elementos poéticos. Se centra en las características físicas del niño, utilizando un lenguaje artístico y metafórico.

La noticia sobre la NASA tiene una trama expositiva/informativa. Presenta hechos concretos sobre el lanzamiento de cápsulas espaciales, con datos objetivos y un lenguaje claro y directo.

El texto sobre la vaporización es claramente expositivo. Explica un concepto científico (el cambio de estado de líquido a gaseoso), define términos y establece diferencias, todo con un lenguaje técnico y objetivo.

La receta del batido de chocolate sigue una trama instructiva. Presenta los ingredientes necesarios y luego los pasos a seguir para preparar el batido, usando verbos en infinitivo o imperativo.

Al reconocer estas tramas en los textos que leés, podés anticipar cómo estará organizada la información y cuál es su propósito. Esto te ayuda a estudiar mejor y a crear tus propios textos de manera más efectiva según lo que quieras comunicar.