Arquitectura Religiosa: Los Templos Griegos
Los templos son quizás las construcciones más representativas del mundo griego. A diferencia de nuestras iglesias actuales, el templo griego no era un lugar para reunirse, sino la "casa del dios", donde se guardaba su estatua. Los fieles hacían sus rituales en el exterior, admirando la belleza y perfección del edificio.
Todos los templos griegos seguían ciertas características básicas: orientación hacia el este, planta rectangular, armonía en sus proporciones y decoración escultórica en frontones y frisos. Aunque eran de piedra blanca, las partes decorativas estaban policromadas (pintadas con colores vivos) que hoy han desaparecido.
La estructura de un templo típico incluía:
- Una plataforma elevada (estilóbato)
- Un pórtico con columnas (pronaos)
- Una sala central (naos) donde estaba la estatua del dios
- A veces, una sala trasera (opistodomos)
Lo que realmente distinguía cada templo era el orden arquitectónico utilizado. El dórico apareció primero en el período Arcaico, con un estilo sobrio y macizo, y su friso alternaba triglifos y metopas (decoradas con esculturas). El jónico surgió en el período Clásico, con columnas más estilizadas, volutas en el capitel y friso continuo. El corintio, el último en aparecer durante el Helenístico, presentaba capiteles adornados con hojas de acanto y un aspecto mucho más decorativo.
💡 El Partenón de Atenas, dedicado a la diosa Atenea, es considerado el templo perfecto. Sus columnas tienen una ligera inclinación hacia el centro para crear la ilusión óptica de perfecta verticalidad. ¡Los griegos entendían de trucos visuales!