De Comenio a La Salle: el aula en transformación
Durante los siglos XVII y XVIII, el aula experimentó transformaciones significativas en su organización y propósitos. Tanto Comenio como Juan Bautista de La Salle fueron figuras clave en este desarrollo, aunque con enfoques distintos.
Comenio propuso un modelo donde el docente actuaba "como el sol", siendo el principio activo del aula mientras los estudiantes ocupaban una posición más pasiva. Esta metáfora sugería una diferencia abismal entre maestro y alumnos, como si estos últimos "no supieran nada" hasta ser iluminados por el docente.
Para La Salle, en cambio, la conducción "pastoral" se desplazó hacia la preeminencia del grupo, dejando de lado cierta individualización presente en prácticas educativas anteriores (como la educación de príncipes y cortesanos). Su método priorizaba la disciplina grupal, considerando el comportamiento individual como resultado de aquella.
Estos modelos reflejaban transformaciones más amplias en las sociedades europeas. A finales del siglo XVIII, Europa experimentaba cambios profundos que transformarían radicalmente sus estructuras tradicionales. El aula no solo reaccionaba a estos desarrollos, sino que contribuía activamente a producirlos.
El método grupal-global logró imponerse gradualmente, pero debió someterse a críticas y modificaciones que generarían una geografía del aula muy diferente a la imaginada por sus primeros proponentes. Este "crecimiento" del aula coincidió con la Revolución Industrial y las transformaciones sociales que la acompañaron.
A través de este recorrido histórico, podemos apreciar cómo el espacio educativo que hoy damos por sentado es en realidad producto de decisiones, necesidades y visiones pedagógicas específicas de cada época.