Enunciados y géneros discursivos

Según Bajtín, toda actividad humana está relacionada con el uso de la lengua, que se manifiesta a través de enunciados concretos (orales o escritos). Estos enunciados son la unidad real de la comunicación, no simplemente palabras u oraciones aisladas.

Aunque cada enunciado es individual, pertenece a una esfera donde se conecta con otros enunciados estables, formando lo que llamamos géneros discursivos. Estos géneros pueden ser cualquier cosa: desde diálogos cotidianos hasta novelas complejas.

Los géneros discursivos se dividen en dos categorías principales:

• Primarios (simples): Surgen en la comunicación inmediata (charlas cotidianas, mensajes, cartas informales)
• Secundarios (complejos): Más elaborados y generalmente escritos (novelas, investigaciones científicas, ensayos filosóficos)

💡 ¡Dato clave! Los géneros secundarios absorben y transforman a los primarios. Por ejemplo, cuando una conversación cotidiana (primario) aparece dentro de una novela (secundario), pierde su conexión directa con la realidad inmediata.

Componentes del enunciado y estilo

Cada enunciado refleja condiciones específicas y el propósito de su esfera comunicativa a través de tres elementos fundamentalmente vinculados entre sí:

1. Contenido temático: De qué trata el enunciado
2. Estilo verbal: La selección de recursos léxicos y gramaticales
3. Composición: Cómo se estructura el enunciado

El estilo es particularmente importante. Aunque todos los enunciados son individuales y pueden reflejar la personalidad del hablante, no todos los géneros permiten el mismo grado de estilo personal. Los géneros literarios, por ejemplo, hacen del estilo uno de sus propósitos principales.

Es interesante notar que cuando analizamos una oración solo desde la gramática, vemos un fenómeno lingüístico. Pero cuando la analizamos como parte de un enunciado completo, estamos ante un fenómeno de estilo. Incluso la elección de formas gramaticales es un acto estilístico dentro de un enunciado.

🔑 Recuerda: No hay que confundir el análisis gramatical con el análisis estilístico. Ambos se complementan pero tienen distintos propósitos.

La comunicación como proceso activo y multidireccional

La función comunicativa de la lengua es un constante ida y vuelta entre sujetos discursivos. A diferencia del modelo tradicional que ve la comunicación como unidireccional, Bajtín enfatiza que es un proceso multilateral y activo.

Cuando escuchamos o leemos, no somos receptores pasivos. Al comprender un mensaje, siempre adoptamos una postura activa de respuesta (acuerdo, desacuerdo, etc.) que se desarrolla durante toda la escucha. El oyente inevitablemente se convierte en hablante en algún momento.

Es interesante que quien habla tampoco espera comprensión pasiva. Aunque desea hacerse entender, esto es solo un momento de su proyecto discursivo completo. Además, nadie es realmente un "primer hablante" - todos somos, en cierto modo, contestatarios de discursos anteriores.

💡 Concepto clave: La comprensión pasiva es solo un momento de la comprensión total, que siempre implicará algún tipo de respuesta, ya sea inmediata o retardada, verbal o conductual.

Diferencias entre comunicación discursiva y unidad de la lengua

En la comunicación discursiva real, los enunciados tienen fronteras determinadas por el cambio de sujetos discursivos - cuando una persona termina de hablar y otra comienza. Al finalizar, el hablante crea un "dixi" silencioso que indica conclusión.

Cuando comparamos las dos perspectivas del lenguaje, encontramos diferencias fundamentales:

Unidad de la lengua:

• Se enfoca en palabras, oraciones, fonemas, morfemas
• Representa la parte estructurada y "objetiva" del lenguaje
• Estudia elementos gramaticales, sintácticos y léxicos

Comunicación discursiva real:

• Se enfoca en enunciados y géneros discursivos
• Estudia la relación entre sujetos discursivos
• Ocurre en un contexto específico (espacio y tiempo)
• Comienza cuando el hablante toma la palabra

🔍 Perspectiva práctica: Mientras la lingüística tradicional estudia frases ideales en el vacío, Bajtín se interesa en la comunicación real que ocurre entre personas en situaciones concretas.

Unidades de la lengua vs. comunicación discursiva

Bajtín distingue claramente entre dos conceptos diferentes pero relacionados: la unidad de la lengua (sistema abstracto) y la unidad real de la comunicación discursiva (uso concreto).

En la unidad de la lengua, podemos identificar distintos niveles de análisis:

• Fonemas: Sonidos individuales $/p/, /e/, etc.$
• Morfemas/lexemas: Unidades mínimas de significado $perr-, -o, -era$
• Palabras: Unidades léxicas completas (perro)
• Sintagmas: Grupos de palabras relacionadas (Mi perro)
• Oraciones: Estructuras gramaticales completas (Mi perro es enorme)
• Texto: Estructura cohesionada y coherente

Sin embargo, una oración aislada no se relaciona directamente con la realidad extraverbal, ni puede provocar una respuesta por sí misma. Solo a través del enunciado completo la oración adquiere nuevas cualidades y puede determinar una respuesta.

🌟 Aplicación práctica: Cuando escribas un texto, recuerda que no solo importa que tus oraciones sean gramaticalmente correctas, sino que el enunciado completo tenga sentido en su contexto y pueda ser respondido por tu lector.

Conclusividad en la lengua y en la comunicación discursiva

La diferencia entre unidad de lengua y comunicación discursiva se hace evidente también en cómo concluyen sus elementos:

En la unidad de la lengua:

• La conclusividad es del significado (remate de un elemento)
• Se marca con formas gramaticales (punto final, signos de interrogación)
• No implica necesariamente la conclusión de un todo

En la comunicación discursiva:

• El enunciado tiene carácter concluso como totalidad
• Esta conclusividad permite que sea contestado
• Permite tomar una postura de respuesta

💭 Reflexión: Cuando terminamos de hablar o escribir, no solo concluimos gramaticalmente, sino que dejamos espacio para que nuestro interlocutor responda. Este "espacio de respuesta" es fundamental en la comunicación real.

Los tres factores de la conclusividad del enunciado

El carácter de totalidad conclusa propio de cada enunciado se determina por tres factores esenciales:

1. Agotamiento del sentido del objeto: Cuando se ha dicho todo lo necesario sobre el tema y no hay más que aportar en ese momento.

2. Intencionalidad discursiva del hablante: El propósito comunicativo determina los límites, la elección del objeto, y la forma genérica del enunciado.

3. Formas típicas, genéricas y estructurales de conclusión: Patrones reconocibles que aprendemos desde pequeños para estructurar nuestro discurso.

Aunque objetivamente cualquier objeto de estudio es inagotable (siempre se puede decir algo nuevo), cuando se convierte en tema de un enunciado concreto puede alcanzar cierto grado de conclusividad. Esta puede ser casi completa (como en preguntas cotidianas) o tener un mínimo suficiente para permitir una respuesta (como en trabajos científicos).

🔑 Ojo con esto: La conclusividad no significa que un tema esté completamente agotado, sino que se ha dicho lo suficiente para que otro pueda responder dentro de ese contexto comunicativo específico.

Bajtín vs. Saussure: visiones contrastantes sobre el lenguaje

Bajtín desarrolló su teoría en parte como respuesta a las ideas de Ferdinand de Saussure, con quien tenía importantes diferencias conceptuales:

Saussure (1857-1913):

• Divide el fenómeno lingüístico en tres niveles:
  • Lenguaje: Facultad universal del ser humano para comunicarse
  • Lengua: Sistema de signos (idioma) y patrón mental abstracto
  • Habla: Realización física concreta e individual de la lengua

Bajtín (1895-1975):

• Rechaza la idea del habla como algo individual
• Sostiene que todos somos sujetos discursivos activos, no receptores pasivos
• Enfatiza que una oración actúa como enunciado completo solo cuando se complementa con aspectos no gramaticales
• Considera fundamentales el contexto y la interacción

💡 Contraste fundamental: Mientras Saussure veía la lengua como un sistema social abstracto y el habla como un acto individual, Bajtín consideraba que toda expresión lingüística es inherentemente social y dialógica.

Significado vs. sentido: dos conceptos distintos

Bajtín establece una distinción crucial entre el significado lingüístico y el sentido contextual:

• Significado: Es lo que posee una palabra u oración dentro del sistema lingüístico. Una oración como "Ya salió el sol" tiene un significado gramatical completo, pero por sí sola no puede provocar una respuesta.

• Sentido: Surge cuando la oración adquiere un contexto específico dentro de un enunciado completo. "Ya salió el sol, pero aún es muy temprano" ya puede ser contestado porque tiene un sentido concreto en la totalidad comunicativa.

Este enfoque contrasta con Saussure, quien veía el signo lingüístico como la unión de:

• Significante: La imagen acústica o forma de expresión
• Significado: El concepto o contenido mental asociado

Para Bajtín, el sentido no está en el sistema de signos, sino en cómo se usa en situaciones comunicativas reales y cómo provoca respuestas en los interlocutores.

🔍 Aplicación práctica: Cuando interpretamos un mensaje, no basta con entender el significado literal de las palabras; debemos captar el sentido que adquieren en su contexto específico y en la intención del hablante.

El aspecto expresivo del enunciado

El enunciado está marcado por dos aspectos fundamentales que determinan su composición y estilo:

1. El compromiso o intención del sujeto discursivo dentro de cierta esfera de sentidos.

2. El momento expresivo, que es la actitud subjetiva y evaluadora desde el punto de vista emocional del hablante respecto al contenido de su propio enunciado.

Bajtín afirma que un enunciado neutral es imposible. Mientras que las oraciones y palabras como unidades de la lengua son neutrales ("muertas" y "de nadie"), el enunciado siempre lleva una entonación expresiva que lo constituye fundamentalmente.

Al elegir palabras, no las tomamos del diccionario, sino de otros enunciados según su "especificidad genérica". Por tanto, el estilo y la composición del enunciado están determinados tanto por el aspecto temático (qué se dice) como por el aspecto expresivo (cómo se valora lo que se dice).

💭 Reflexión: Cuando hablamos o escribimos, nunca somos completamente objetivos. Incluso en los textos académicos más rigurosos, la elección de palabras, el énfasis y la estructura revelan nuestra actitud hacia el tema.