Amparito, testigo clave
Encuentro a Amparito en el Hospital Rawson, trabajando como cuidadora en el asilo. Al principio le miento sobre ser periodista, pero termino confesándole sobre la carta. Para mi sorpresa, me cree inmediatamente y quiere ver el vestido y la carta.
Amparito recuerda perfectamente el vestido de Elena: "Se lo hizo hacer para un cumpleaños". Me cuenta que el mismo día que murió el padre, Elena le pidió que llevara ese vestido a Malú, la modista, para hacerle unos arreglos.
"Elena estaba muy mal. Nerviosa. No comía, tenía pesadillas", explica Amparito. Según ella, después de leer la carta, todo tiene sentido: primero envenenaron al padre, luego mataron a Elena haciéndolo parecer un suicidio.
Con lágrimas en los ojos, Amparito lamenta no haber podido ayudar a Elena. "Si yo hubiera sabido... podría haberla ayudado", dice con remordimiento.
Ahora sospechamos que Malú también fue asesinada. Era la única persona que sabía de las sospechas de Elena, y después de la muerte de Elena, nadie la volvió a ver.
"No debemos dejar que estos crímenes queden impunes", me dice Amparito, sus ojos color miel brillando con determinación.