Urbanismo y templos griegos
El urbanismo griego experimentó una evolución hacia el orden. Las nuevas ciudades se levantaban sobre terreno virgen, adoptando un trazado reticular ortogonal. Para el siglo V a.C., esta retícula se convirtió en norma. Mileto, diseñada por Hipodamo, estaba dividida en tres zonas claramente definidas dos barrios residenciales separados por una zona central administrativa.
Los teatros griegos, casi tan importantes como el ágora, tenían origen en festividades religiosas. Más allá del entretenimiento, contribuían a la educación política de los ciudadanos. Se componían de tres partes fundamentales el theatron (área para espectadores), la orkhestra (espacio circular para actores) y la skene (edificación posterior para cambios de vestuario).
El templo griego representaba el edificio más importante de la cultura helénica. Con una función pública vital, simbolizaba a la polis y su identidad colectiva. Sus principales limitaciones fueron la escasa atención al espacio interno y el hecho de que nunca funcionó como lugar de reunión. La verdadera gloria del templo griego residía en su perfecta escala humana.
La Acrópolis de Atenas constituye el conjunto religioso que mejor encapsula el espíritu griego. Ubicada en lo más alto de la ciudad, permitía la visión de los edificios y el puerto. Su joya principal, el Partenón, dedicado a Atenea Partenos, destacaba por su gran tamaño, ser octástilo (ocho columnas en la fachada), tener una naos de doble cámara, su estilo dórico y sus refinamientos ópticos.
El secreto del Partenón ¿Sabías que este templo no tiene ni una sola línea recta? Sus arquitectos introdujeron sutiles curvaturas para corregir ilusiones ópticas, haciendo que parezca perfectamente recto a nuestros ojos. Esta técnica, llamada "modulación", demuestra el profundo conocimiento griego de la percepción visual humana.