La Pacificación Mitrista y la División del Partido Liberal

Luego de la batalla de Pavón, el Partido Liberal se dividió en dos corrientes con visiones opuestas sobre la capital: los autonomistas (o crudos) liderados por Adolfo Alsina, que defendían los intereses de Buenos Aires, y los nacionalistas (o cocidos) dirigidos por Bartolomé Mitre, que apoyaban la federalización.

Mientras tanto, el interior vivía una realidad distinta. Muchas provincias estaban gobernadas por caudillos federales con apoyo popular, como el riojano Ángel Vicente "Chacho" Peñaloza. Estos líderes representaban la resistencia a las políticas liberales que se implementaban desde Buenos Aires.

Mitre, consciente de la amenaza que representaban estos caudillos para su proyecto, decidió eliminar estos "vestigios de tradición" mediante lo que se conoció como la "pacificación mitrista". Esta política consistió básicamente en el exterminio de las montoneras federales que resistían en el interior.

⚠️ ¡Atención! Aunque los jefes militares enviados por Mitre firmaron acuerdos como el de "Las Banderitas" con los caudillos del interior, estos pactos no fueron respetados, lo que revela la verdadera naturaleza de esta "pacificación".

Para sofocar la resistencia, Mitre envió al interior un ejército comandado por Paunero, Arredondo y Sandes. Por otro lado, los hermanos Taboada, caudillos liberales de Santiago del Estero, atacaron Catamarca, Salta y Jujuy. La crueldad de esta campaña quedó evidenciada en la muerte del "Chacho" Peñaloza, quien fue ejecutado el 12 de noviembre de 1862 luego de haber sido apresado en Olta.

La Muerte del Chacho y la Resistencia Federal

La ejecución de Ángel Vicente Peñaloza, el "Chacho", fue un episodio emblemático que ilustra la violencia con que el gobierno de Mitre trató a los caudillos federales. Tras ser capturado y rendirse pacíficamente en Olta, Peñaloza fue asesinado por el comandante Ricardo Irrazábal, quien luego ordenó decapitarlo y exhibir su cabeza en una pica en la plaza de Olta.

Sarmiento, nombrado director de la guerra, había escrito a Mitre aconsejándole "no ahorrar sangre de gauchos... $que$ es lo único que tienen de humano". Esta mentalidad refleja el desprecio que la élite liberal tenía hacia las poblaciones del interior y sus tradiciones.

La muerte del Chacho tuvo profundas consecuencias. Como señaló Joaquín V. González: "En ningún período de la historia política, La Rioja presenció mayores horrores que en ese quinquenio que siguió a esa muerte". La figura del caudillo asesinado se transformó en símbolo de resistencia popular, inmortalizándose en coplas y relatos populares.

Durante este período, Mitre también impulsó una serie de reformas y obras para promover lo que consideraba el "Progreso", siguiendo la tradición unitaria y el pensamiento alberdiano. Entre sus principales acciones destacan:

• La nacionalización de la Aduana (1862)
• La fundación del Colegio Nacional de Buenos Aires (1863) y otros colegios en el interior
• El fomento de la inmigración europea
• El desarrollo de la agricultura
• La fundación de la Sociedad Rural Argentina (1866)

A pesar de la oposición federal, el centralismo porteño se estableció definitivamente bajo el gobierno de Mitre, iniciando el proceso de imposición progresiva del pensamiento liberal y el desplazamiento de los pilares tradicionales: el federalismo, los caudillos y el catolicismo.

La Guerra contra el Paraguay

El origen de este conflicto se remonta a la situación política de la República Oriental del Uruguay. En 1863, el general Venancio Flores, del partido colorado y simpatizante de los liberales porteños, inició una revolución contra el presidente uruguayo Bernardo Berro, del partido blanco (continuador de las ideas federales).

Ante la crisis, el presidente paraguayo Francisco Solano López decidió intervenir. Paraguay era entonces un país próspero con importante desarrollo industrial, una amplia red ferroviaria y un poderoso ejército. Solano López consideraba que el equilibrio regional se veía amenazado por la intervención argentino-brasileña en Uruguay.

Cuando las tropas brasileñas invadieron Uruguay en 1864, Solano López protestó formalmente y, al no obtener respuesta, inició operaciones militares. Solicitó permiso a Argentina para pasar con sus tropas por Corrientes, pero Mitre se lo negó alegando neutralidad (aunque previamente había autorizado el paso de buques brasileños por ríos argentinos).

Como consecuencia, Paraguay declaró la guerra el 18 de marzo de 1865 y ocupó el puerto de Corrientes. Argentina respondió firmando el Tratado de la Triple Alianza con Brasil y los colorados uruguayos el 1º de mayo de 1865, formalizando así una coalición contra Paraguay.

💡 Dato importante: La guerra fue extremadamente impopular en Argentina. Los hombres huían hacia el interior para evitar las levas, mostrando su oposición al conflicto que muchos consideraban injusto, especialmente por la alianza con Brasil, el tradicional enemigo.

El ejército aliado estuvo comandado inicialmente por Mitre, quien debió regresar definitivamente a Buenos Aires en enero de 1868 debido al fallecimiento de su vicepresidente, dejando al Marqués de Caxias al frente de las tropas. La guerra continuó hasta la derrota definitiva de los paraguayos en la Batalla de Cerro Cora el 1º de marzo de 1870, donde Solano López fue asesinado.

Consecuencias de la Guerra y Presidencia de Sarmiento

La Guerra del Paraguay tuvo consecuencias devastadoras:

• Paraguay quedó devastado: de 1.500.000 habitantes, solo sobrevivieron 300.000, principalmente mujeres, ancianos y niños.
• Brasil consiguió todas sus pretensiones territoriales a costa de Paraguay.
• Argentina sufrió un fracaso diplomático en las negociaciones posteriores.

Mientras participaba en la guerra, Mitre envió su "testamento político" desde el campamento de Tuyú Cué, donde, aunque manifestó neutralidad ante las elecciones de 1868, desalentó las candidaturas de Urquiza, Alsina y Alberdi, favoreciendo a Rufino de Elizalde.

Sin embargo, los militares en el frente propusieron como candidato a Domingo Faustino Sarmiento, quien entonces era embajador en Estados Unidos. Con el apoyo de los autonomistas, Sarmiento resultó elegido como presidente, acompañado por Adolfo Alsina como vicepresidente para el período 1868-1874.

Sarmiento, al igual que sus predecesores, fue partidario de la política liberal y buscó implementar el "progreso" desconociendo las tradiciones argentinas. Creía, como Alberdi, que los extranjeros (especialmente los anglosajones) mejorarían la "raza" con su mentalidad progresista.

Durante su presidencia se realizó el primer censo nacional, que arrojó 1.877.000 habitantes, con un 80% de analfabetismo. Esto lo motivó a incorporar maestras norteamericanas para fundar escuelas normales, siendo la primera establecida en Paraná en 1870.

⚠️ Importante: Según su propio ministro Avellaneda, Sarmiento tenía un conocimiento limitado de muchas de sus propias iniciativas, como las Bibliotecas Populares, cuya existencia descubrió solo cuando aparecieron los primeros volúmenes del Boletín.

Económicamente, el país estaba en dificultades, con las importaciones superando a las exportaciones, lo que llevó a contraer empréstitos extranjeros que aumentaron peligrosamente la deuda nacional.

El Gobierno de Sarmiento y la Transición a Avellaneda

El gobierno de Sarmiento enfrentó varios desafíos importantes. En 1871, una devastadora epidemia de fiebre amarilla provocó la muerte del 25% de la población porteña. Además, no logró resolver definitivamente el problema de la capital, que siguió cambiando de sede hasta finalmente establecerse en Buenos Aires.

Un episodio significativo fue el asesinato del general Urquiza el 11 de abril de 1870. Poco antes, Sarmiento había visitado a Urquiza en su residencia de San José, logrando un acercamiento que generó recelos entre sus opositores. Una partida al mando de Simón Luengo, cumpliendo órdenes de Ricardo López Jordán, asesinó a Urquiza en su palacio. López Jordán fue nombrado gobernador de Entre Ríos, lo que motivó la intervención federal ordenada por Sarmiento.

Al final de su gobierno, Sarmiento enfrentó la revolución de 1874. Su ministro de Justicia, Nicolás Avellaneda, resultó electo presidente, derrotando al candidato nacionalista Bartolomé Mitre. Este último denunció fraude y se levantó en armas, contando con el apoyo de Arredondo en San Juan, Rivas en el sur de Buenos Aires, los Taboada en Santiago del Estero y las fuerzas del cacique Catriel.

Las fuerzas nacionales, al mando de Arias, derrotaron a Mitre en la Batalla de La Verde el 27 de noviembre de 1874. En el interior, el joven coronel Julio Argentino Roca venció a Arredondo en la Batalla de Santa Rosa el 6 de diciembre. Los insurgentes fueron posteriormente indultados por el presidente Avellaneda.

Avellaneda asumió la presidencia para el período 1874-1880, acompañado por Mariano Acosta como vicepresidente. Su llegada al poder fue facilitada por una "Liga de Gobernadores" organizada por Sarmiento, que le permitió impulsar a su ministro a la primera magistratura.

Presidencia de Avellaneda: Crisis Económica y Conquista del Desierto

Nicolás Avellaneda heredó una compleja situación económica. La deuda externa había aumentado considerablemente debido a las políticas liberales que favorecían las importaciones en detrimento de la producción nacional. Ante esta crisis, el presidente optó por continuar recurriendo a préstamos extranjeros en lugar de fomentar el proteccionismo y la industria nacional.

Para afrontar la situación, Avellaneda inició una política de austeridad, declarando que cumpliría con los compromisos externos incluso "sobre el hambre y la sed de los argentinos". Tomó medidas drásticas como cesantear empleados públicos, rebajar sueldos y suspender obras públicas.

La crisis pudo sobrellevarse gracias a excelentes cosechas de trigo y la aparición de los primeros barcos frigoríficos que permitieron exportar carne congelada a Europa. Sin embargo, estas actividades quedaron principalmente en manos extranjeras.

En el ámbito político, Avellaneda implementó una política de "conciliación", incorporando a su gabinete a miembros de la oposición y apoyando candidatos ajenos a su partido.

Un evento fundamental de su presidencia fue la Conquista del Desierto. Su ministro de Guerra, Adolfo Alsina, propuso una estrategia defensiva mediante la construcción de un foso (la "Zanja de Alsina") para contener a los indígenas. Tras la muerte de Alsina en 1877, Julio Argentino Roca asumió el ministerio y cambió radicalmente el enfoque.

💡 Estrategia ofensiva: Roca solicitó fondos para una campaña ofensiva declarando: "A mi juicio, el mejor sistema de concluir con los indios ya sea extinguiéndolos o arrojándolos al otro lado del río Negro, es la guerra ofensiva..."

El 25 de mayo de 1879, Roca izó la bandera nacional al margen del Río Negro, cumpliendo el objetivo de expulsar a los indígenas de sus territorios ancestrales y abrir estas tierras para la colonización.

Consecuencias de la Conquista y Federalización de Buenos Aires

La Conquista del Desierto tuvo importantes consecuencias:

• Solución definitiva del "problema del indio" desde la perspectiva gubernamental
• Disuasión provisional de las pretensiones chilenas sobre la Patagonia
• Incorporación de grandes extensiones territoriales a la Nación
• Asentamiento de inmigrantes en el sur del país

Sin embargo, el reparto de las tierras conquistadas benefició principalmente a un pequeño grupo de terratenientes: 391 personas se quedaron con 8.548.817 hectáreas. Aunque la ley de Premios Militares asignaba tierras a todos los participantes de la campaña (desde 15.000 hectáreas para los jefes hasta 100 para los soldados), la mayoría de los soldados no recibieron nada, mientras que solo 541 personas acapararon 4.750.711 hectáreas.

Los indígenas fueron destinados a las fuerzas de frontera, algunas tribus fueron desplazadas a otras provincias, y se crearon colonias indígenas con condiciones precarias.

Otro acontecimiento crucial durante la presidencia de Avellaneda fue la federalización de Buenos Aires. Con la proximidad de las elecciones presidenciales, se postularon Carlos Tejedor (apoyado por Buenos Aires) y el general Roca (respaldado por el interior). Tejedor rechazó la propuesta de Roca de ofrecerle la vicepresidencia y los ministerios, lo que desencadenó un conflicto armado.

Las tropas porteñas enfrentaron a las autoridades nacionales en los combates de Puente Alsina, Los Corrales y San José, que terminaron con la victoria del gobierno nacional. Se llegó a un acuerdo mediado por Mitre que incluyó la renuncia de Tejedor y el desarme de las tropas provinciales. Finalmente, el 24 de agosto de 1880, Avellaneda presentó un proyecto de ley declarando a Buenos Aires como Capital de la República, aprobado por el Congreso y ratificado por la legislatura porteña.

La Generación del 80 y la Primera Presidencia de Roca

El año 1880 marcó un cambio sustancial para Argentina con el ascenso de Julio Argentino Roca a la presidencia. La Generación del 80 impuso definitivamente un proyecto extranjerizante y hostil a la religión, conducido por una élite gobernante que aplicó políticas centralistas.

Esta generación promovió una nueva concepción de la historia argentina que comenzaba en Mayo de 1810, ignorando los antecedentes españoles. Los veinte años del gobierno de Rosas fueron reducidos a la palabra "tiranía", y la Batalla de Caseros se presentó como el resurgimiento de la nación.

En lo económico, se abandonaron las políticas proteccionistas en favor del modelo agroexportador que benefició a unos pocos y entregó recursos nacionales a manos extranjeras. En lo cultural, se alentó una neutralidad religiosa que debilitó los valores tradicionales.

Roca asumió la presidencia el 12 de octubre de 1880 para el período 1880-1886, acompañado por Francisco Madero como vicepresidente. Su lema fue "Paz y Administración", y se vio favorecido por tres circunstancias:

1. La desaparición de las montoneras y la resistencia federal
2. La resolución del problema de la Capital
3. La incorporación de nuevos territorios tras la Conquista del Desierto

En política exterior, Roca resolvió parcialmente el conflicto limítrofe con Chile mediante el tratado del 23 de julio de 1881, que estableció que la frontera estaría delimitada por las más altas cumbres que dividen aguas, asignó el Estrecho de Magallanes a Chile, y dividió la Isla de Tierra del Fuego.

En el aspecto económico, intentó sanear la administración pública y mejorar la economía, pero continuó recurriendo a empréstitos externos con condiciones desfavorables, como el negociado por Carlos Pellegrini en París.

El Laicismo y la Presidencia de Juárez Celman

Durante la presidencia de Roca se implementaron importantes medidas laicistas que marcaron un quiebre en la relación entre el Estado y la Iglesia. La estrecha vinculación de la Generación del 80 con la masonería impulsó un programa de secularización mediante leyes como:

• La Ley 1.420 de Educación Laica (1884)
• La Ley 1.565 de Registro Civil (1884)
• La Ley 2.393 de Matrimonio Civil (implementada durante el gobierno de Juárez Celman)

El proceso comenzó con un Congreso Pedagógico que analizaría cambios en el sistema educativo. Lo que inició sin ideologías definidas pronto se convirtió en un campo de batalla entre liberales y católicos. Cuando se cuestionó la enseñanza de religión, los católicos se retiraron del debate.

Los católicos se agruparon bajo el liderazgo de José Manuel Estrada en la Asociación Católica, con figuras como Pedro Goyena y Tristán Achaval Rodríguez defendiendo sus principios en el diario La Unión. Los liberales contaban con el apoyo de Sarmiento y Eduardo Wilde, entonces ministro de Culto e Instrucción Pública.

⚠️ Conflicto con la Iglesia: La aplicación de estas leyes provocó la protesta del Obispo de Córdoba, Monseñor Gerónimo Clara, y del Nuncio Apostólico Monseñor Mattera, quien fue expulsado del país, lo que llevó a la ruptura de relaciones diplomáticas con el Vaticano.

En 1886, Roca impuso como sucesor a su concuñado, Miguel Juárez Celman, quien asumió la presidencia acompañado por Carlos Pellegrini como vicepresidente para el período 1886-1892. Juárez Celman estableció el "Unicato", centralizando todo el poder en su figura como único jefe del partido gobernante.

Su política económica continuó favoreciendo a los capitales extranjeros, especialmente ingleses, otorgándoles la explotación de ferrocarriles y frigoríficos. Sin embargo, la quiebra de la casa Baring Brothers en Inglaterra provocó una grave crisis económica en Argentina.

La Revolución de 1890 y la Presidencia de Pellegrini

La crisis económica durante el gobierno de Juárez Celman se agravó cuando se descubrió que el gobierno había recurrido a la emisión de moneda clandestina. Esto provocó una fuerte reacción opositora que culminaría en la Revolución de 1890.

La oposición, conformada por republicanos, católicos, mitristas y autonomistas no alineados con Roca, se reunió en septiembre de 1889 en el Jardín Florida. Allí se creó la Unión Cívica de la Juventud bajo el liderazgo de Leandro N. Alem, quien exigió el libre sufragio y denunció la corrupción gubernamental.

El 13 de abril de 1890 se realizó una gran concentración en el Frontón Buenos Aires, donde diversos oradores criticaron duramente el "unicato" de Juárez Celman. Esta reunión terminó con una marcha hasta la Plaza de Mayo y sentó las bases para la revolución que se gestaba.

Los revolucionarios contaron con el apoyo de militares como Manuel J. Campos y el general Viejobueno. El levantamiento se produjo entre el 26 y 27 de julio, con los rebeldes identificándose con boinas blancas y escarapelas verde, rosa y blanca. La revolución fracasó militarmente, pero logró su objetivo político: Juárez Celman renunció y asumió la presidencia Carlos Pellegrini.

Pellegrini, conocido como el "Piloto de Tormentas", demostró gran habilidad para enfrentar la crisis económica. Logró:

• Obtener un empréstito nacional
• Conseguir la refinanciación de la deuda externa
• Crear el Banco de la Nación Argentina
• Dictar la ley orgánica de los ferrocarriles
• Nacionalizar las obras sanitarias de la Capital

De cara a las elecciones de 1892, la Unión Cívica proclamó la fórmula Bartolomé Mitre-Bernardo de Irigoyen. Sin embargo, tras regresar de Europa, Mitre se entrevistó con Roca, quien le propuso reemplazar a Irigoyen por José Evaristo Uriburu. Esto provocó la división de la Unión Cívica: quienes aceptaron el "acuerdo" formaron la Unión Cívica Nacional, mientras que los que lo rechazaron, liderados por Alem, constituyeron la Unión Cívica Radical.