La crisis que preparó la revolución (1808-1810)
Entre 1808 y 1810, todo se desmoronó para España. Napoleón invadió la península, capturó al rey Fernando VII y dejó el imperio sin cabeza visible. En el Río de la Plata, esto generó un quilombo político tremendo.
Liniers, por ser francés, despertó sospechas de estar del lado de Napoleón. Martín de Álzaga intentó sacarlo del poder formando una junta, pero las milicias criollas comandadas por Cornelio Saavedra lo frenaron. Este fue el primer enfrentamiento serio entre españoles y criollos por el poder político.
Mientras tanto, la princesa Carlota Joaquina (desde Brasil) quería ser regente de las colonias españolas, y algunos criollos la apoyaron como alternativa. En 1809 llegó Cisneros como nuevo virrey, pero tuvo que aceptar condiciones de las milicias para gobernar.
La crisis económica obligó a Cisneros a abrir el comercio con Inglaterra, rompiendo el monopolio español. Para 1810, cuando cayó la Junta Central en España, ya no quedaba mucha autoridad que respetar.
Punto clave: Cada crisis debilitaba más a España y fortalecía la confianza de los criollos en su capacidad de autogobernarse.