La Época de Rosas y la Constitución Nacional
Juan Manuel de Rosas gobernó entre 1829 y 1852, logrando una unificación del país bajo su figura. Fue investido de facultades extraordinarias y luego con la suma del poder público, reuniendo los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) en su persona.
Durante su gobierno se abandonó la obligatoriedad de la instrucción escolar, se limitó el número de alumnos y se suprimieron las escuelas estatales. En 1844, un decreto asignó al jefe de policía funciones de control y vigilancia de los establecimientos educativos. Las escuelas estatales se arancelaron, favoreciendo el crecimiento de escuelas privadas, y se hizo obligatoria la enseñanza del catolicismo con fines más políticos que religiosos.
Los antirrosistas encontraron en Justo José de Urquiza un nuevo aliado, quien enfrentó y venció a Rosas en la Batalla de Caseros en 1852. Este conflicto tuvo raíces económicas: Urquiza reclamaba la libre navegación de los ríos para desarrollar el comercio exterior sin pasar por Buenos Aires.
Tras su victoria, Urquiza convocó a una reunión de gobernadores en San Nicolás, de la que surgió un acuerdo que garantizaba la libertad de comercio, la libre navegación de los ríos y el reparto proporcional de las rentas nacionales. Sin embargo, Buenos Aires rechazó el acuerdo.
💡 El 1 de mayo de 1853 se sancionó la Constitución Nacional, que con algunas modificaciones continúa hasta la actualidad. Estableció un gobierno representativo, republicano y federal.
La Constitución dividía los poderes en:
- Legislativo: dicta leyes
- Ejecutivo: ejecuta leyes
- Judicial: interpreta leyes y hace cumplir mediante sentencias
Buenos Aires no juró esta Constitución, separándose como Estado independiente de la Confederación Argentina durante nueve años.