La Alemania Nazi y la Segunda Guerra Mundial
El clima de posguerra tras la Primera Guerra Mundial creó las condiciones perfectas para el ascenso de Hitler al poder. La crisis económica, la humillación del Tratado de Versalles y el miedo al comunismo fueron aprovechados por el nazismo para ganar popularidad. Una vez en el poder, Hitler prohibió toda oposición y eliminó la división de poderes, consolidando un estado totalitario.
El expansionismo alemán fue clave para el inicio de la Segunda Guerra Mundial. El Eje (Alemania, Italia y Japón) se enfrentó a los Aliados en múltiples frentes. Hitler invadió sistemáticamente territorios europeos mientras surgían movimientos de resistencia en los países ocupados. La guerra tuvo un costo humano devastador, con millones de muertos tanto civiles como militares.
El Holocausto, la persecución y exterminio sistemático de judíos y otras minorías, representa una de las páginas más oscuras de la historia. Las consecuencias de la guerra fueron profundas: rediseñó el mapa político mundial, dejó a Europa devastada y marcó el inicio de un nuevo orden internacional.
💡 ¿Sabías que? La "política de apaciguamiento" que intentaron países como Inglaterra y Francia para contener a Hitler solo le dio más tiempo para fortalecerse militarmente, demostrando que frente al totalitarismo, la diplomacia sin firmeza puede ser contraproducente.
Argentina: De Yrigoyen a la Década Infame
El presidente Hipólito Yrigoyen implementó medidas para afianzar su poder y ampliar su base social. La Reforma Universitaria permitió el asceso social de hijos de inmigrantes, democratizando la educación superior. Sin embargo, las tensiones internas del radicalismo llevaron a una división entre yrigoyenistas y antipersonalistas.
El modelo agroexportador entró en crisis con el impacto del Crack de 1929. Argentina, que dependía de sus exportaciones agrícolas, sufrió duramente la caída de precios internacionales. Para enfrentar esta situación, el Estado tomó medidas como la devaluación del peso y aumentó los impuestos a las importaciones, lo que indirectamente impulsó la industrialización del país.
En 1930, un golpe de Estado derrocó a Yrigoyen, iniciando un período conocido como la "Década Infame". José Félix Uriburu asumió la presidencia e instauró un gobierno autoritario, mientras que su sucesor Agustín P. Justo implementó el "fraude patriótico" para mantener a los conservadores en el poder.