El Sistema Administrativo Colonial
Los españoles establecieron una compleja red administrativa para controlar sus vastos territorios americanos:
Los Virreinatos eran las unidades administrativas más grandes: Nueva España, Perú, Río de la Plata y Nueva Granada. Cada uno estaba gobernado por un virrey que representaba directamente al rey.
Las Capitanías Generales eran territorios más pequeños con importancia militar: Cuba, Guatemala, Puerto Rico, Chile, Venezuela, Yucatán y Santo Domingo. Estaban dirigidas por un capitán general que se ocupaba principalmente de la defensa.
Para mantener este sistema funcionando, España necesitaba un marco legal sólido. Aquí es donde entraban las Leyes de Indias.
Las Leyes de Indias
Estas leyes regulaban todos los aspectos de la vida colonial. Las primeras fueron las Leyes de Burgos, que establecían que los indígenas eran libres pero súbditos de los Reyes Católicos. Debían trabajar en condiciones humanas, aunque su salario podía pagarse en especie. Si se resistían a la evangelización, se autorizaba el uso de la fuerza contra ellos.
Las Leyes de Burgos permitían el sistema de encomiendas, siempre que se priorizara la evangelización de los nativos y se les tratara humanamente. Sin embargo, la realidad era muy distinta.
💡 El mapa del imperio español en América en 1800 muestra la enorme extensión territorial que España llegó a controlar, desde lo que hoy es el sur de Estados Unidos hasta la Patagonia.
El fraile dominico Bartolomé de las Casas denunció los terribles abusos cometidos contra los indígenas, lo que llevó a Carlos V a promulgar las Leyes Nuevas en 1542, que intentaron mejorar las condiciones de los nativos prohibiendo su esclavitud y la creación de nuevas encomiendas.