El proyecto económico y sus consecuencias
El plan económico implementado por el ministro José Alfredo Martínez de Hoz representó un giro radical respecto al modelo de industrialización por sustitución de importaciones. Sus ejes fueron la apertura económica, la liberalización de los mercados (especialmente el financiero), la reducción del papel del Estado y la contracción de los salarios.
Estas medidas favorecieron la concentración del capital y provocaron una distribución regresiva del ingreso. La participación de los asalariados cayó dramáticamente, pasando del 48,5% en 1975 al 30,4% en 1977. Esta reducción salarial no hubiera sido posible sin el embate represivo contra el movimiento sindical.
El programa económico contó con el aval de organismos internacionales como el FMI, que otorgó un crédito de 127 millones de dólares poco después del golpe. Sin embargo, también generó críticas de diversos sectores, incluso de quienes apoyaban el accionar "antisubversivo" del régimen.
Los resultados fueron devastadores para amplios sectores sociales y productivos: crisis de la industria nacional, endeudamiento externo, concentración económica y empobrecimiento de la clase trabajadora. Estas consecuencias se agravaron hacia 1979-1980, afectando la legitimidad del régimen.
¡Atención! La implementación del plan económico mostró tensiones dentro del propio gobierno militar, donde coexistían partidarios del liberalismo extremo, sectores corporativistas y tecnócratas con visiones divergentes.