¿Qué es la política?

Definir la política no es tarea fácil porque no existe una respuesta única y definitiva. Mientras en muchas ciencias se busca llegar a una sola explicación correcta (como cuando se descubrió que la Tierra era redonda), la política funciona de manera opuesta: necesita de la diversidad de opiniones para existir.

La política surge precisamente cuando hay diferentes formas de ver el mundo y organizar la sociedad. No sería necesaria si todos pensáramos exactamente igual o tuviéramos los mismos intereses.

En este sentido, la política está fundamentada en la coexistencia de opiniones distintas, ya sea en forma pacífica o conflictiva. Es el espacio donde estas diferencias se encuentran, se debaten y eventualmente se resuelven para hacer posible la vida en común.

¡Dato clave! A diferencia de otras disciplinas que buscan una única verdad, la política existe precisamente porque hay diferentes perspectivas sobre cómo debemos organizarnos como sociedad.

Los griegos y la vida en común

Para los griegos antiguos del periodo Clásico (siglo V a.C.), la política tenía dos ideas fundamentales que siguen siendo relevantes hoy.

Primero, entendían que la política existe porque vivimos en comunidad. Si cada persona viviera aislada, no habría necesidad de política. Aristóteles decía que la política consiste en los acuerdos y normas que permiten "vivir bien" en comunidad, no solo sobrevivir.

Segundo, para los griegos la política no era una actividad exclusiva de especialistas, sino de todos los ciudadanos (aunque excluían a mujeres, niños y esclavos). No se necesitaba una técnica especial como para ser artesano o militar; bastaba con ser un hombre libre y tener opinión.

En Atenas, la democracia funcionaba a través de dos instituciones principales: la Asamblea, donde todos los ciudadanos podían participar para decidir leyes y juzgar delitos; y las magistraturas, cargos públicos rotativos asignados por sorteo que permitían que casi todos los ciudadanos, eventualmente, ejercieran alguna función pública.

Esta visión ateniense estableció bases fundamentales: la política como una cuestión de comunidad y opiniones diversas, no como una ciencia exacta con respuestas únicas.

Elementos fundamentales de la política

El pensamiento griego antiguo, especialmente el de Aristóteles, sigue siendo la base de nuestra cultura política occidental. Los atenienses entendieron que la política era fundamentalmente una cuestión de comunidad y de opiniones diversas, no de técnicas o ciencias exactas.

Para Aristóteles, la comunidad política (la ciudad) es anterior al individuo. Esto significa que no podemos entendernos como personas completas fuera de una comunidad política. En sus propias palabras, "la ciudad es por naturaleza anterior al individuo", porque el ser humano está naturalmente inclinado a vivir en sociedad.

Las diferentes opiniones sobre cómo organizar la vida común son la esencia misma de la política. Estas diferencias provienen de diversas ideologías, intereses económicos y posiciones sociales.

La ideología juega un papel fundamental en la política, ya que representa el conjunto de ideas que caracteriza el pensamiento de una persona o grupo. Tiene dos funciones principales: ofrece una representación de cómo funciona la sociedad y elabora un programa para transformarla o conservarla según lo que considera ideal.

¡Importante! Según Aristóteles, no podemos ser completamente humanos fuera de la comunidad política. La ciudad (polis) no solo nos permite sobrevivir, sino "vivir bien" desarrollando nuestras capacidades morales e intelectuales.

Consenso y coerción en la política

Cuando hablamos de política, debemos considerar dos formas fundamentales de resolver las diferencias: el consenso (acuerdo) y la coerción (fuerza o violencia).

Los autores consensualistas consideran que lo más importante en política es llegar a acuerdos. Creen que existe un bien común por encima de las opiniones individuales, y la clave está en lograr que los ciudadanos cedan en sus posiciones para alcanzar algo mejor para todos. Para ellos, la violencia o coerción solo debería existir para hacer cumplir las leyes acordadas.

Por otro lado, los pensadores antagonistas argumentan que la idea de bien común suele beneficiar a unos y perjudicar a otros. Sostienen que siempre existirá una lucha entre personas con diferentes ideas, intereses y posiciones sociales, especialmente entre quienes tienen más poder (generalmente pocos) y quienes tienen menos (generalmente muchos).

Esta distinción es fundamental para entender los diferentes enfoques políticos: mientras unos ven la política como el arte del acuerdo para beneficio de todos, otros la ven como un campo de lucha donde se enfrentan intereses contradictorios por el control de los recursos y las decisiones sociales.

¡Reflexiona! ¿Te consideras más cercano a la visión consensualista o antagonista de la política? ¿Crees que es posible alcanzar acuerdos que beneficien a todos por igual?

El poder político

El concepto de poder es central en la vida política. Según Max Weber, poder es "la probabilidad de imponer la voluntad propia en una relación social contra cualquier tipo de resistencia". Esto implica siempre una relación de mando-obediencia entre personas.

En toda relación de poder encontramos:

• Un sujeto que actúa (quien ejerce el poder)
• Un objeto sobre el que se actúa (quien obedece)
• Medios físicos o ideales que posibilitan esta acción

La obediencia se logra mediante una combinación de coacción (fuerza o amenaza de violencia) y acuerdo (consentimiento). El poder opera a través de premios y castigos, pero también de formas más sutiles.

El poder no siempre es evidente como en las relaciones de mando-obediencia. Existen formas más complejas de poder basadas en creencias y convicciones. A veces hacemos algo que otros quieren no porque nos obliguen, sino porque nos convencen de que es lo correcto. La autoridad y el saber son ejemplos de poder sin coacción explícita.

Para que exista poder, dos elementos son constantes: la intersubjetividad (interacción entre al menos dos personas) y la asimetría (alguien tiene más capacidad de imponer su voluntad por tener mayor fuerza, dinero, prestigio, autoridad o saber).

¡Atención! El poder no siempre se ejerce mediante la fuerza. Muchas veces obedecemos voluntariamente a quienes reconocemos como autoridades o expertos sin darnos cuenta de que estamos en una relación de poder.

Conceptos centrales de la política

Podemos identificar cuatro elementos fundamentales para entender la política:

1. La comunidad o sociedad: La política existe porque compartimos parte de nuestra vida con otros, ya sea por vivir en el mismo territorio, trabajar juntos o compartir un proyecto común. Sin esta vida compartida, no habría necesidad de política.

2. Las diferencias: Si todos pensáramos igual y tuviéramos los mismos intereses, la organización social sería simple administración, no política. La política existe precisamente porque somos diferentes y necesitamos resolver estas diferencias para seguir conviviendo.

3. El consenso: Para que haya política debe existir la posibilidad de llegar a acuerdos. Si fuera imposible entendernos, solo quedaría la separación o la violencia perpetua. La política implica al menos la intención de alcanzar soluciones aceptables para todos o para la mayoría.

4. La coerción: No todo en política es armonioso. Siempre existen diferencias de poder, y los debates políticos ocurren en contextos donde la amenaza de la fuerza está presente. La política implica siempre la posibilidad de que se use la violencia para que unos hagan lo que otros deciden.

No existe una definición única de política que sea la correcta. Diferentes autores y tradiciones ponen énfasis en distintos elementos, pero todos abordan de alguna manera estos cuatro aspectos fundamentales.

¡Recuerda! Ninguna definición de política es definitivamente correcta o incorrecta. Lo valioso es conocer diferentes perspectivas para formar tu propio criterio.

Enfoques sobre la política

Las diferentes visiones de la política siempre incluyen los cuatro elementos que mencionamos (comunidad, diferencias, consenso y coerción), pero cada enfoque pone énfasis en distintos aspectos.

Quienes ven la política como el arte de llegar a acuerdos para acercarse al bien común priorizan los mecanismos para alcanzar consensos y comprenden qué es lo mejor para todos, dejando en segundo plano la coerción.

En cambio, quienes entienden la política principalmente como lucha destacan cómo los grupos dominantes ejercen la coerción (física o simbólica) sobre los dominados, y consideran que los mecanismos de "consenso" suelen ser formas encubiertas de dominación.

La canción "Las Hormigas" de Calle 13 representa una visión más cercana al enfoque de la política como lucha. Con frases como "Prefiero morir como rebelde que vivir como esclavo" o "Defiendo mi hormiguero hasta la muerte", muestra una perspectiva donde la comunidad (el "hormiguero") está en conflicto con poderes externos y donde la coerción juega un papel central.

Este tipo de análisis nos permite ver que nuestras propias opiniones políticas reflejan el énfasis que ponemos en algunos de estos elementos sobre otros. ¿Priorizamos el consenso o creemos que las relaciones de poder siempre determinan los resultados?

¡Piénsalo! ¿Cómo resolverías un conflicto entre diferentes grupos sociales? ¿Crees que es más efectivo buscar el consenso o consideras que las relaciones de poder siempre determinan el resultado final?

La política como creación de consensos y bien común

Una primera forma de entender la política se centra en las ideas de bien común y consenso. Varios autores comparten esta perspectiva, aunque con matices distintos.

Para Aristóteles, la polis (ciudad) era el "espacio perfecto" para la vida humana porque permitía tres cosas fundamentales: que los hombres pudieran conocerse entre sí, lograr la autarquía económica (producir todo lo necesario para vivir) y conseguir la independencia política. Estas características permitían no solo vivir, sino "vivir bien".

Según Aristóteles, solo en la comunidad podemos ser verdaderamente humanos, lo que él llamaba un politikón zôion (animal político o ciudadano). La posesión del lenguaje permite al ser humano discutir sobre lo justo e injusto, lo bueno y lo malo, y la ciudad es el espacio donde los hombres deliberan sobre estas cuestiones.

Sin embargo, Aristóteles distinguía entre formas rectas y corruptas de gobierno:

• Las formas rectas buscan el bien común
• Las formas corruptas persiguen los intereses particulares de la mayoría o de los poderosos, lo que implica coerción

Para Aristóteles, "el gobierno de los muchos" (república o democracia) siempre sería más equilibrado que el gobierno de pocos (aristocracia u oligarquía) o de uno solo (monarquía o tiranía).

¡Importante! Aristóteles consideraba que la deliberación pública era esencial para la política, pero solo conducía al bien común cuando los participantes buscaban el interés general y no solo sus beneficios particulares.

Otras visiones del consenso político

John Locke (1632-1704), considerado el padre del liberalismo moderno, pone al individuo y su libertad como punto de partida. Para Locke, todos somos libres e iguales por naturaleza, y estos derechos no provienen de un acuerdo social, sino que ya existen antes de formar sociedades.

A diferencia de Aristóteles, Locke piensa que el ser humano ya tiene derechos naturales (vida, libertad y propiedad) incluso antes de vivir en sociedad. Para él, la sociedad es una creación voluntaria de los individuos para resolver controversias mediante un juez imparcial. El Estado y el parlamento existen por voluntad de las personas y pierden legitimidad cuando atentan contra estos derechos naturales.

Locke distingue entre comunidad (personas que viven juntas más allá de su voluntad) y sociedad (creación voluntaria a la que las personas deciden sumarse y de la que pueden retirarse). Defiende al individuo y la propiedad privada, justificando esta última como resultado del trabajo humano.

Ya en el siglo XX, Jürgen Habermas encuentra en la comunicación los fundamentos universales de la razón. Para él, cualquier acto comunicativo supone que las personas esperan que la comunicación sea entendible, verdadera, recta y veraz. Mientras los hablantes escuchen a los otros y consideren sus razones, podrán entenderse y llegar a acuerdos para crear normas mejores y progresar.

¡Reflexiona! Mientras Aristóteles ve al ser humano como naturalmente social, Locke lo ve como naturalmente individual. ¿Con cuál de estas visiones te identificás más? ¿Somos primero sociales o primero individuales?

Pluralismo y visiones consensualistas

Los pluralistas son un grupo de pensadores políticos que defienden una idea de política y democracia donde las personas pueden organizarse voluntariamente según sus opiniones e intereses para competir e influir en el Estado y las normas sociales.

Estos autores parten de que en las sociedades modernas existe una gran diversidad social, ideológica y de intereses. En las democracias, las personas se organizan voluntariamente para defender estas diferencias. Para ellos, un sistema democrático es aquel que permite que estas asociaciones compitan libremente por influir en las políticas.

En contraste, los Estados autoritarios controlan estas asociaciones, permitiendo que solo algunas tengan influencia, lo que constituye una forma de coerción. Similar a Habermas, los pluralistas creen que el "bien común" resulta de esta competencia más que de una idea predeterminada.

En resumen, estos autores (Aristóteles, Locke, Habermas y los pluralistas), aunque con diferencias importantes, coinciden en que la buena política es la que permite la existencia de distintas opiniones y el acuerdo entre ellas. Para todos ellos, el consenso es fundamental y está asociado a la idea de bien común.

Desde esta perspectiva, la coerción o violencia es vista como una anomalía o injusticia, generalmente ejercida por el Estado o los poderosos. La política, entendida como consenso, es defendida como una forma de evitar la violencia, lo que muestra una visión optimista de la política.

¡Conéctalo con tu realidad! Pensá en los grupos y asociaciones que existen en tu escuela o barrio. ¿Tienen todos la misma oportunidad de influir en las decisiones importantes? ¿Funciona realmente el pluralismo en tu entorno?