Sensibilidad Profunda Consciente
¿Cómo sabemos dónde están nuestras extremidades sin mirarlas? La sensibilidad profunda consciente nos permite percibir la posición de nuestro cuerpo en el espacio.
Los impulsos propioceptivos se originan en receptores especializados ubicados en músculos, tendones y articulaciones. Esta información viaja por fibras gruesas y mielinizadas de conducción rápida que, a diferencia de otras vías sensitivas, no cruzan inmediatamente la línea media.
Estas fibras ascienden por los cordones dorsales de la médula (formando los haces de Goll y de Burdach) hasta llegar a los núcleos bulbares. Es allí, en el bulbo, donde finalmente cruzan al lado opuesto formando el lemnisco medial, que asciende hasta el tálamo.
✨ Prueba este experimento: cierra los ojos y mueve tu brazo a una posición cualquiera. ¡Aún sin ver, sabes exactamente dónde está gracias a esta vía de sensibilidad profunda!
Del tálamo, la información es transmitida a la corteza sensitiva primaria, donde tomamos consciencia de la posición de nuestras articulaciones y la tensión de nuestros músculos, permitiéndonos realizar movimientos precisos sin necesidad de mirarlos.